Soledad

He tardado un siglo,
de dolor y de castigo,
en tomar la decisión,
de saber que he vivido,
encerrada en la prisión.

La prisión del egoísmo,
de desdichas desazón,
la prisión de la tristeza,
solitario corazón.

He observado las sonrisas,
en el álbum de mi vida,
he vivido las palabras,
y las voces de mi alma,

Pero nada comparado,
con el tiempo que he buscado,
las caricias y el tratado,
de aquel al que he amado.

Y de esto no me arrepiento,
de llorar y gritarle al viento,
que no me quito dolor ni penuria,
pero tampoco quito sentimiento.

Pero si en el camino que he recorrido,
cierta conclusión ha salido,
es que al fin, al cabo y al final,
sola viniste, y sola te irás.